jueves, 24 de octubre de 2013

Aquí huele a sueños e incienso,
a tinta, a pluma y papel,
huele a besos en la nuca, a abrazos por la espalda y a mordiscos en el cuello.
Aquí huele a libro nuevo,
a lápiz y a perfume de hombre,
huele a pensamientos dulces y a canciones tristes,
a tierra mojada, a hojas caídas, a primavera...
Huele a agujas y tatuajes,
a conciertos,
a paseos...
Huele a sueños.
Huele a dibujos, a fotos y a recuerdos,
a sonrisas, a despedidas y a saludos,
huele a felicidad con un toque no muy excesivo de tristeza,
huele a nostalgia y a muñecos viejos,
a películas antiguas y a chocolate...
Huele a amigos, a familia, a conocidos y a desconocidos.
Huele a ángeles.
Huele a sueños. 
-Glitter Music.

martes, 28 de mayo de 2013

Una pareja de jóvenes esperan sentados en la parada a un autobús que nunca llega,
él, envuelve con esmero un cigarro, ella, observa con atención como trabajan sus manos y sus labios haciendo que este se consuma con delicadeza, 
un anciano, que también espera, lleva como único acompañante su fiel sombrero, observa como el humo que se eleva, se escabulle entre los labios de él, y compara con su vida que se le escapa,
baja la cabeza, permanece pensativo y la vuelve a alzar en dirección al cielo, como lanzando una de esas preguntas que nunca tienen respuesta, 
entonces, llega, ellos se funden en un cálido abrazo, seguido de un efusivo beso que desde lejos huele a despedida,
él sube y ella observa una vez más, 
el anciano, después de haber vacilado durante unos segundos, sube cubriéndole a él las espaldas, dejando olvidado a su fiel compañero, 
ellos, se despiden por última vez a través del cristal con un "te quiero" utilizando palabras sin sonidos, 
y el anciano deja brotar una pequeña y transparente lágrima, 
sin darse  cuenta, el autobús sigue su camino, 
ella se marcha,
y allí quedó para siempre aquel fiel y olvidado compañero.
-Glitter Music.

Su blanquecina piel dejaba entrever sus delgadas y azules venas,
su olor a música melancólica daba a entender el por qué de su mirada triste en aquellos extraños ojos,
sus delgados labios ocultaron hasta el final de sus llantos sus sonrisa rota,
vivía apagando penas entre quintos de  cerveza,
alimentándose de canciones,
vomitando promesas incompletas,
queriendo traspasar las barreras que ellas misma se imponía,
creando sueños que nunca fueron del todo imposibles y que al mismo tiempo jamás llegó a ver cumplidos.
Maldita sea.
Sus larguiruchos dedos,
sus rodillas hundidas,
su espalda torcida,
fueron sus propias muestras para acreditar su locura.
-Glitter Music.

sábado, 9 de marzo de 2013